Trabajar de manera remota tomó por sorpresa a muchos trabajadores. Algunas personas pudieron llevar con calma esta modalidad de trabajo mientras que otras se encontraron con una realidad: los recursos que podemos encontrar a disponibilidad en una oficina no son los mismos que tenemos en el hogar.
Instalar nuevos programas, preparar el espacio de trabajo, solucionar los inconvenientes de conexión a internet o incluso verse en la necesidad de comprar o pedir prestada una computadora o netbook. Cada persona “sobrevive” al home office de una manera distinta. Contrario a lo que se cree, una gran parte de los trabajadores descubrieron que realizan sus tareas laborales más efectivamente si están en sus propias casas. Esta modalidad de trabajo presenta más beneficios que contras: no se genera gasto de transporte, no hay posibilidad de llegar tarde al trabajo, los horarios son más flexibles, se puede desayunar o almorzar sin apuros, y una larga lista de ventajas que se obtienen por trabajar desde la comodidad de tu propio hogar.
Una de las bases del trabajo remoto es la comunicación. Ya sea mediante apps de mensajería, correos electrónicos o programas para realizar videollamadas, comunicarse con los compañeros de trabajo es fundamental. Si bien no puede sustituir al hablar cara a cara, es una forma rápida y efectiva de charlar. Complementario a este punto es la buena conexión a internet. Si estos dos puntos fallan, se dificulta el trabajo.
Otra de las bases -la más personal- es la comodidad en tu puesto de trabajo. Lo principal es elegir el lugar de la casa donde vas a trabajar. Debe ser una habitación tranquila, lo más alejada posible de ruidos que puedan distraerte en tu horario laboral (como por ejemplo, música que escuchen otras personas que convivan en tu hogar, el ruido de la televisión, entre otros).
En caso de no poder ubicarte en una habitación y tener que trabajar desde el living o el comedor, podés llegar a un acuerdo con tu familia: en el horario de trabajo, las interacciones se reducen al mínimo para evitar distraerse cuando hay tareas importantes para hacer. Si alguien quiere escuchar música, ver la televisión o jugar algo, puede hacerlo en otra habitación mientras trabajás. Por otro lado, es necesario ubicarse en un cuarto bien iluminado (en lo posible aprovechando la luz solar además de la artificial), con ventanas amplias para que circule aire todo el tiempo. Podés ubicar tu espacio de trabajo cerca de una ventana.
Luego de escoger el sitio adecuado es hora de elegir el escritorio y la silla. No es lo mismo sentarse en una silla común del comedor que utilizar una silla de oficina (ya que estas se ajustan a la posición de la curva de tu espalda para evitar dolores). A esto se le suma la importancia de una buena postura. Sentarse con la espalda a 90 grados, la mirada a la altura del último tercio del monitor (y a una distancia mínima de 45 cm), los codos pegados al cuerpo, los antebrazos y muñecas en línea recta y por último los pies ubicados en el piso o en un apoyapies. Es recomendable también utilizar un mousepad con el fin de evitar molestias en tu muñeca (que en el peor de los casos puede derivar a un caso de tendinitis). Incluso regular aspectos como el brillo y contraste del monitor, la sensibilidad del mouse y teclado son aspectos a tomar en cuenta para no generar molestias.
Recordá hacer pausas cada 30 minutos para poder caminar, estirar el cuerpo e hidratarte. Estar sentado mucho tiempo seguido provoca que la circulación de sangre en nuestras piernas se dificulte. Estos tips de postura son aplicables incluso si utilizás una laptop o notebook. Es aún más vital cuidar tu postura, ya que las personas tienden a encorvarse. La solución es regular la pantalla de tu laptop para que sea sencillo mirar sin bajar demasiado la vista.
Sabemos que esta situación de cuarentena puede llevar más tiempo del esperado, no bajemos los brazos, sigamos adaptándonos día a día. Ya sabés lo importante que es conseguir un buen equipo de trabajo, aunque sea prestado, si no podes afrontar el gasto en este momento. Cuidar la comodidad y la postura te van a ayudar a hacerle frente a lo que queda. Sobrevivir al HOME OFFICE es más sencillo de lo que parece, solo cuestión de paciencia, creatividad y de encontrarle a todas las cosas en la vida su lado positivo.