Yoga Nidra: El sueño consciente
Las herramientas prácticas que nos ofrece la cultura yóguica proveniente de la India, son varias, que al
hacerlas juntas, en el contexto de una clase de Yoga, son profundamente reparadoras para el cuerpo
(articulaciones, músculos, órganos, glándulas) y para el sistema nervioso, teniendo efecto directo en
nuestra mente, emociones y la manera en la que nos movemos en la vida cotidiana. Sin embargo, estas
herramientas se pueden practicar de forma individual y conseguir también efectos poderosamente
restaurativos, pero antes de avanzar, repasemos brevemente algunas de estas herramientas:
meditación, posturas, ejercicios físicos y respiratorios, dietas alimenticias y métodos de higienización
según la medicina Ayurveda, entre otras; hoy te vamos a compartir la técnica de Yoga Nidra, o relajación
profunda consciente, y sus beneficios, la cual es una de las prácticas más poderosas, que se puede hacer
todos los días y solo nos llevará 15 minutos.
No es magia, es ciencia, por más que el Yoga suele ser visto como una actividad cercana a las energías más sutiles y esotéricas, hoy en día la ciencia está estudiando y midiendo los efectos de estas prácticas, dando lugar a ver que sucede en el sistema nervioso y en todo el organismo, poniendo en palabras más científicas los fundamentos terapéuticos del Yoga, y así revalidando y enalteciendo la gran mayoría de estos ejercicios y cuidados milenarios.

Hace más de 10 mil años que el Yoga acompaña a la humanidad, y si nos ponemos a pensar: ¿Cómo supieron los primeros yoguis de estos beneficios? ¿surgieron de repente, tal cual los conocemos hoy en día? ¿habrán ido cambiando y optimizándolos con el paso del tiempo? … Ha pasado mucho tiempo, y se sabe que los primeros practicantes y maestros (hablamos con pronombres masculinos porque en aquellos tiempos el Yoga solo se le permitía a los hombres) transmitían los ejercicios y técnicas a través de la PRÁCTICA, y las cuestiones más filosóficas y espirituales a través de la oralidad, en el idioma original de la India: Sánscrito, que ya no se usa. Pero alrededor de 5 mil años atras, un practicante y filósofo llamado Patanjali, ordenó y sistematizó los conocimientos y prácticas yoguicas, resumiendo los antiguos Vedas, que son escritos muy extensos y a su vez difíciles de descifrar, dando lugar a premisas concretas y prácticas: los Yoga Sutras.
Los ejercicios y técnicas del Yoga, mantuvieron sus cimientos, pero con el tiempo, y la constante transmisión de maestro a discípulo, se fueron puliendo y adaptando a los tiempos que corren, y a la sociedad mundial, quedando a la luz los más benéficos y saludables, entre ellos: Yoga Nidra. Esta técnica, actualmente la ciencia la certifica como una de las terapias mas restaurativas para el sistema nervioso, ya que beneficia a todo el organismo y sus funciones. Pero ¿de que nos tenemos que restaurar? y la respuesta es: del estrés cotidiano al que nuestro cuerpo y mente están sometidos por la velocidad y exigencia en la que vivimos.
Pero para entender un poco más, sobre nuestro organismo y como Yoga Nidra tiene efecto sobre este, debemos saber que nuestro sistema nervioso, a grandes rasgos, se divide en dos: el sistema simpático, que es el que naturalmente funciona la mayor parte del tiempo que estamos despiertos, y activa los mecanismos físico/químicos necesarios para movernos, estar atentos, ser eficientes, estar alerta a los “peligros” del afuera, etc. Y el sistema parasimpático, que se activa principalmente cuando dormimos, este nos ayuda a restaurar la energía orgánica y psíquica. Por esto, la técnica de Yoga Nidra, nos invita a “simular” o imitar la profunda relajación física, respiratoria y metal que experimentamos al dormir profundamente, haciéndole sentir y por esto creer al sistema simpático, que debe darle lugar a los procesos restaurativos del parasimpático, y es así como a voluntad y con buena intensión, engañamos o “hackeamos” al sistema nervioso, simulando y vivenciando una profunda relajación, pero sin dormirnos, y esto último es el gran desafío: no dormirnos durante el ejercicio.

Yoga Nidra, al ser una técnica, requiere de una secuencia ordenada de indicaciones a poner en práctica, que a continuación te vamos a compartir, pero antes debemos decirte, como escuela de Yoga, que esta técnica se debe practicar seguido para ganar experiencia en el paso a paso, y así conectar con mayor eficacia con el proceso de relajación profunda restaurativa, pero más allá de eso, ¡estamos seguros de que vas a sentirte muy bien después de cada vez que la realices!
A ponerlo en práctica:
- Vas a necesitar un espacio, cómodo y muy tranquilo para qua nada ni nadie te sobresalte. Tradicionalmente se realiza en el piso con una colchoneta de yoga, pero podes hacerla en la cama, sin almohada en la cabeza, de ser necesario, debe ser una muy bajita. Es muy importante no pasar frio, así que tomá una manta para cubrirte. Si hay luz solar, podes usar una almohadilla para los ojos o simplemente una toalla pequeña para cubrirlos.
- Si cononces algo de yoga, es muy bueno hacer algunos movimientos suaves antes de la relajación.
- Recostate boca arriba para comenzar la parte “activa” de la relajación: por nariz inhala profundamente expandiendo el abdomen hasta llenar por completo los pulmones, sostené el aire dentro y comenzá a contraer la musculatura de pies, piernas, glúteos, formá puños que llevas como hacia los pies, levantá un poco la cabeza llevando mentón al pecho, sostené la tensión unos segundos y con un suspiro liberá el aire y relaja la fuerza de contracción. Repetilo una vez más.
- A continuación ubicá al cuerpo en Savasana (postura de descanso) que ser arma dejando las piernas extendidas y con pies muy separados cayendosé hacia los lados; los brazos ligeramente separados del cuerpo con las palmas de manos hacia arriba, y la cabeza centrada. Si te duele la cintura, podes ubicar una almohada que te ayude a mantener las rodillas en una suave flexión.
- Vas a recorrer al cuerpo parte por parte de manera ordenada, de pies a cabeza, como escaneando tu cuerpo, y así ir relajándolo profundamente. Observa y sentí los pies y tobillos relajarse, pantorrillas, rodillas y muslos relajados… glúteos y suelo pélvico relajados. Manos, brazos y hombros relajados; pecho y abdomen relajados junto a la respiración que es relajada. Toda la espalda relajada, sintiendo el apoyo cómodo; relajados el cuello y la cabeza. Relajá la mandíbula y la mordida, y relajá profundamente los ojos, como hacia adentro relajando el cerebro.
- Ahora que estas muy relaja@, deja pasar cualquier pensamiento que se acerque, y solo quédate observando la respiración que es profundamente relajada, solo permanece observándola, si viene otro pensamiento, emoción o un ruido externo, dejalo pasar, y solo volvé a observar la respiración, natural y cada vez más relajada, solo observá. Sin dormirte en lo posible. Permanecé en esta observación, sutil y relajada por 10 minutos. Si tenés temor de dormirte poné una alarma suave que no te sobresalte.
