Un antiguo dicho dice algo así como que tenemos 3 hogares permanentes: el primero es tu cuerpo, el segundo donde te das cobijo por las noches, y el tercero es el planeta.
Cómo guía de una escuela de yoga y meditación me he dado cuenta que cuando comienzas a cuidar del primer hogar, tu cuerpo, es inevitable que generes más empatía por tu casa o entorno, ganas de embellecerlo y mantenerlo armonioso. Como te contaba en las notas sobre Feng Shui y Espacio y Energia, en la edición anterior,. cuando internamente se vibra en armonía, el entorno comienza a replicar esa misma vibración. Hábitos posturales nocivos abundan en el día a día de cada uno. desde el mobiliario de trabajo hasta las formas de sentarnos, caminar, llevar el bolso o mirar la tele. Por lo cual es importante recordar que practicar estiramientos, asanas de yoga y técnicas de relajación no son un lujo o actividad de cierta élite, sino una forma orgánica de prevenir el esfuerzo muscular articular y cognitivo de todos nosotros.
Les comparto algunos ejercicios para contrarrestar malos hábitos posturales, recuerden acompañar cada ejercicio con respiraciones específicas y amplias. llevando a cabo los ejercicios a un nivel más profundo y sanador. Disfrútalos…
Sentado en una silla, comienza por hacer una inhalación profunda seguida de un suspiro por boca; luego lleva tu mentón al pecho y dibuja un medio círculo de hombro a hombro acariciando tu pecho. 10 a 15 repeticiones. Ahora en cada hombro mantenete un momento moviendo tu cabeza como si dijeras si ampliamente, de 5 a 10 veces en cada lado. Tambien podés agregar círculos completos con tu cabeza.
Con tu cabeza en el centro, ahora lleva una oreja al hombro de su mismo lado y repetir del otro, podés tomarte también por arriba con la mano y profundizar el estiramiento Inténtalo 5 a 10 veces de cada lado.
Eleva tus brazos al cielo y desperezate como queriendo alcanzarlo durante 10 a 15 segundos, relaja tus brazos y hace círculos con hombros hacia atrás.
Tomando tus rodillas comienza a redondear la columna metiendo pelvis, ombligo, pecho y rostro y luego, arqueando saca pelvis abriendo pecho y garganta al cielo. Repetí 5 a 10 veces sumándole la inhalación cuando arqueas y la exhalación cuando redondeas.
Desde la silla sentado comenzá a caminar con las manos por tus piernas en dirección a los pies apoyandote sobre tus rodillas. Permanece asi algunas respiraciones sintiendo como tu abdomen empuja piernas cuando inhalas y se relaja poco a poco al exhalar. Permanece durante 5 o 10 ciclos completos y luego volvé a incorporarte redondito, por último tu cabeza.
Por último puedes girar hacia atrás Sin mover tus glúteos del lugar y si hay respaldo en tu silla tomarlo ayudando a rotar un poco más, de esta manera en cada exhalación como si quisieras mirar algo que está lejos hacia atrás. controlado ombligo, pecho y cabeza en toda esa dirección y a la vez hacia arriba. Luego de algunas respiraciones volves al centro y cambias al otro sentido.
Otro ejercicio ideal es pararse con piernas separadas y un poco en flexión, luego entrelazar los dedos de las manos atrás estirando codos y Alejandro brazos de la espalda poco a poco sin soltar las manos abriendo pecho y rostro al cielo, luego volver al inicio repitiendo dos o tres veces más.
Esta rutina simple y de pocos minutos logrará compensar horas de trabajo y malas posturas.
Tu cuerpo, tu templo.
Bhárata.
Profesor Internacional de Yoga y Meditación
Terapeuta Ayurvédico