Si alguna vez nadaste en los lagos que nos ofrecen las provincias como Córdoba, sabés lo increíble que se siente estar rodeado de tanta naturaleza. Es completamente distinto a la pileta clásica. Ahora, ¿alguna vez pensaste que podés disfrutar de un lago natural desde la comodidad de tu casa? Las piscinas ecológicas se implementaron en países europeos hace años, y de a poco van tomando forma en nuestro país. Sin embargo, algunas personas ven a este sistema como algo sucio, o un cultivador de plagas ¡Todo lo contrario!
Una piscina sin productos químicos, amigable con el medio ambiente, que no irrita la piel. Si sos un amante de la jardinería y el paisajismo, esta idea te va a encantar.
Las piscinas naturales funcionan como cualquier río o laguna: el agua se regenera gracias al ecosistema formado con ella: las plantas, las rocas, los sustratos del suelo, todo contribuye a la purificación del agua.
La diferencia recae en que, en vez de estar todo integrado como una unidad, estas piscinas se conforman de dos áreas: una para nadar -que está en desnivel para que el agua fluya-, y otra de depuración. En esta última es donde se ubican los elementos naturales; es decir, las plantas acuáticas, piedras, grava, arena, entre otros. Es posible complementar con una bomba hidráulica que favorezca la circulación del agua (incluso puede funcionar a base de un panel solar, y así ahorrar más).
Sin entrar en mucho detalle, también existen otros sistemas y tecnologías para el filtrado y la purificación del agua, o el uso de agua salada en vez de dulce. No es lo que nos incumbe en esta nota, ya que es un tema más complejo, y tampoco queremos que nuestros lectores salgan con un matete de información en la cabeza.
Por lo general, estas piletas ocupan mucho espacio: unos 40 metros cuadrados, con un mínimo de 2 metros de profundidad en la zona de nado (no te preocupes: también se puede armar una pequeña zona menos profunda para quienes lo necesiten). Aunque es común también encontrar piscinas más pequeñas. Lo importante es que se respeten las dos áreas antes mencionadas. El área de depuración suele ocupar un tercio del tamaño total.
Hay algo que hace únicas a este tipo de piscinas: no hay dos iguales. Cada una se construye en base a las condiciones climáticas o del lugar, el tipo de agua, la radiación solar, la altitud en base al nivel del mar, etcétera. Esos aspectos son los que determinan el sistema de filtrado cuáles son las plantas más adecuadas para depurar y oxigenar el agua.
La función de los elementos en la zona de depuración es lo que permite que no se generen bacterias o agentes patógenos, por lo tanto es esencial controlar y mantenerlos para que no afecten la calidad del agua. Chequear que las plantas no se enfermen, retirarles las hojas muertas, limpiar el fondo de la piscina, quitarle las hojas de la superficie, vaciarla si lo ves necesario (podés utilizar ese agua para regar las plantas ya que no tiene químicos) y no dañar a los animalitos que visiten tu jardín.
Como todo ecosistema, los animales van a aparecer tarde o temprano. Ranas, pájaros y larvas de libélula, por ejemplo. No los lastimes, solo quieren refrescarse un ratito ¡No olvidemos que ellos son quienes se comen a los mosquitos o bichos que puedan aparecer! Pero cuidado, que ellos aparezcan no significa que vos mismo puedas introducir especies como patos o peces así de la nada, ya que pueden alterar el equilibrio que creaste, y requieren un cuidado distinto para que no afecte a la calidad del agua.
¿Qué te parece esta idea? Si tenías algún prejuicio con respecto a estas piscinas, quizás esta nota te haga reflexionar sobre eso. Al fin y al cabo, ese sistema es una imitación de lo que encontramos normalmente en la naturaleza, aunque más personalizado, y en la privacidad de tu casa.