En este tiempo de aislamiento social, estar en casa tantas horas nos incita a notar más los detalles del hogar. Puede resultar hasta monótono observar todo el día las mismas paredes. Por eso, aprovechando el tiempo libre que nos genera la cuarentena, podés darle una nueva imagen a tu casa, renovando la pintura de las mismas.
Es algo que lleva su tiempo, pero puede realizarlo perfectamente cualquier miembro de la familia: ¡incluso los más pequeños! Es una actividad ideal para hacer todos juntos. No solo incentiva pasar tiempo en familia, sino que mantiene activos a los más pequeños. A su vez, es una manera de enseñarles a tus hijos a tomar responsabilidades.
Como todos sabemos, pintar una habitación implica primero tener que vaciarla lo más posible con el fin de que no haya tener obstáculos en el camino y evitar manchar los muebles. Este paso inicial es también un disparador para llevar a cabo una limpieza general del espacio. Es probable que encuentres cosas que ya no sirven. Los chicos también pueden participar de esta primera parte, que asimismo funciona como enseñanza sobre cómo limpiar bien una habitación y cómo se separan los objetos que ya no sirven (por ejemplo, si pueden donarse, reciclarse o desecharse). Todos salen ganando, y los niños adquieren experiencia sobre cómo se logra cambiar visualmente el hogar.
Además de pintar las paredes, podés darle una imagen fresca a los muebles y puertas de tu hogar dándoles una capa de barniz. Éste no solo sirve para protegerlos. Le da un brillo al moblaje, entonces como resultado se ven mucho más estéticos.
Con los respectivos recaudos de seguridad e higiene (es decir, si es un mueble que puede ser movido, sacarlo al patio o colocarlo cerca de una ventana donde pueda ventilarse), cualquiera puede barnizar, incluso los chicos. Es más, los pequeños pueden darle una nueva imagen a sus juguetes de madera utilizando los barnices no-tóxicos que se encuentran a la venta.
Por otro lado, ¿sabías que podés barnizar objetos que ya fueron barnizados antes? No es muy complicado hacerlo ni requiere de elementos especiales.
Por ejemplo, para barnizar otra vez una puerta, lo primero será lijarla enteramente con un papel de lija. Esto es necesario ya que, al lijar la puerta, quitarás todos los restos de barniz viejo. Caso contrario, la capa nueva se verá irregular debido al barniz que se aplicó antes. Como consecuencia, será necesario que limpies con un paño húmedo la madera lijada, con la finalidad de remover cualquier rastro de residuos. Ahora sí, sólo queda barnizar la puerta. Recordá leer con atención las indicaciones de tu barniz, ya que algunos requieren que primero trates la madera con líquidos o soluciones especiales.
¿Te aburre el barniz? Entonces podés pintar la madera del color que más te guste.
Lo primordial en este caso es elegir un tipo de pintura que sea compatible con la clase de barniz que utilizaste. Si la composición del barniz no es compatible con la de la pintura, ésta no va a adherirse correctamente. Es recomendable también lijar la madera para que quede suave, y posteriormente limpiarla.
Las opciones para elegir son varias, ahora sólo queda ponerse manos a la obra. Si querés materiales de gran calidad, un extenso catálogo de colores y atención personalizada, te recomendamos como siempre Pinturerías San Andrés (Ayacucho 3363, San Andrés). Actualmente ya tienen abiertas sus puertas en horario reducido. También podés consultar por vía telefónica al 4768-4151.