Cuando tienen que amueblar su casa y entran en la disyuntiva: «¿Compramos muebles estándar o vamos por los muebles de diseño?» A continuación, les contamos sobre las características de estos dos tipos de muebles para que la decisión sea más sencilla.
A la hora de elegir los muebles para nuestra casa, tenemos una lista de cosas que buscamos: que sean de calidad, que tengan buen precio, buscamos que combinen y no desentonen con el resto de nuestro hogar, que sean funcionales y por supuesto que nos gusten.
Primero lo primero, ver cuál es nuestra necesidad, es decir ¿Para qué vamos a usar ese mueble? ¿Cuál es el espacio con el que contamos en nuestra casa para instalarlo? ¿Qué presupuesto tenemos?
Es vital hacernos todas estas preguntas antes de encarar una compra.
La calidad de las materias primas con la que están hechas los muebles, aunque parezca obvio, son un factor clave. En este punto, la frase “lo barato sale caro”, se cumple con frecuencia.
Si hoy, por ejemplo, compramos sillas de una madera económica, nos puede resultar funcional, pero al tiempo, veremos cómo las uniones se vuelven débiles, rechinan y las sillas no son resistentes, se mueven. En síntesis, terminan teniendo una vida útil corta. Entonces, es preferible una mayor inversión que nos asegure calidad y durabilidad.
Si tenemos en cuenta lo último acerca de las materias primas, los muebles de diseño, están hechos con materiales de mayor calidad, razón por la cual suelen ser menos económicos que los estándar. Pero nos dan la tranquilidad de que hemos hecho una buena inversión.
Y no solo los cimientos son lo más importante, sino que no hay que perder de vista los detalles y los acabados.
A diferencia de los muebles estándar, elegir muebles de diseño, muchas veces si los mandamos a hacer específicamente, nos permite una libertad mayor de elección. Podemos escoger materiales, colores, texturas, medidas, si queremos algún agregado. Se trata de una pieza hecha a la medida de nuestras necesidades que nos permite aprovechar el espacio al máximo.
Son muebles únicos que aportan personalidad. Por unos instantes, nos convertimos en diseñadores y armamos nuestro mueble acorde a nuestros gustos.
Pensar en un mueble a medida es pensar en adaptabilidad y por ende, en sacar el mayor provecho al espacio disponible de tu hogar. Son muebles de gran funcionalidad y que a veces pueden ser multiuso. Un ejemplo de estos son aquellos mobiliarios retraíbles como las camas o mesas que son muy útiles para viviendas pequeñas, los muebles que aprovechan las esquinas o los espacios bajo las escaleras, etc.
Son una buena opción para cubrir una necesidad puntual que por ahí no se consigue en el mercado de los muebles estándar. Algunos ejemplos más: un armario a medida acorde a tus preferencias, un aparador o biblioteca con el número de estantes que necesites. Si viven en un mono ambiente y no quieren resignar tener algunos muebles por temas espaciales, pueden hacer los mismos a pedido pero de un tamaño mucho menor.
Los mobiliarios estándar también tienen lo suyo. Al fabricarse en serie o en masa, son más económicos y se encuentran en el mercado con mayor facilidad. Es la alternativa más rápida a la hora de adquirir un mueble, ya que encargar uno a medida, por cuestiones lógicas, tienen un tiempo mayor de entrega que debemos tener en cuenta.
Sin embargo, una desventaja a remarcar de los muebles estándar, es que muchas veces, al colocarlos, notamos que nos quedan espacios sin usar. Cada metro cuadrado cuenta, por lo que apostar por un mueble a medida nos asegura aprovecharlo al máximo como mencionamos anteriormente.
Cada tipo de mueble tiene sus pros y contras. Esto no significa que debamos escoger solo uno. Es posible alcanzar la armonía en nuestro hogar, haciendo la combinación que más nos guste y más nos convenga. Combinar muebles estándar y muebles de diseño, sin dudas es un excelente plan.