Método Kaizen
Planear un proyecto, visualizarlo y ver solo los resultados finales es algo que solemos hacer. Pero solo queda en la mente, ya que dar el primer paso es lo que más cuesta. Encima, una vez que caemos en la realidad de todo el esfuerzo y la dedicación que lleva esa idea, nos tiramos para abajo. La poderosa procrastinación toma las riendas de nuestro día, la motivación se esfuma y decimos “bueno, mañana empiezo”. El ciclo sin fin.
Aquí es donde entra el método Kaizen -por su etimología, significa “kai” (cambio), y zen (beneficioso)- , que puede aplicarse a distintos aspectos de la vida. Consta en hacer un pequeño -pero significativo- avance cada día para poder cumplir el objetivo mayor. De esa manera, alcanzar las metas no parece algo tan lejano.
En esta edición de Magazine vamos a aplicar el método Kaizen a la organización del hogar.
Seguramente cuando llegás del trabajo a tu casa en lo que menos pensás es ponerte las pilas y limpiar. Lo más probable es que sigas acumulando ropa en una silla, souvenirs y chucherías en algún mueble con polvo, objetos del día a día en la mesada. Así pasan los días, llega el domingo y no sabés dónde empezar. No te sientas culpable ¡Son cosas que nos pasan a todos! Vamos de a poco.
Este método japonés se compone de 5 “S” a seguir (siendo la S la primera letra de cada palabra). Procesos -metas- que ayudan a organizarnos para que la casa siempre esté presentable.
Seiri – Clasificación – Arreglar
Separar lo que es necesario de lo imprescindible. Sin tomar en cuenta la verdadera vida útil, hay objetos que ya no tiene sentido guardar, porque quedaron obsoletos o ya no resultan de interés. Si no se puede arreglar, es mejor que se vaya ¿Con qué fin va a seguir ocupando espacio?
Por ejemplo, guardar elementos decorativos u objetos solo porque se ven bonitos puede llevar a un severo problema de acumulación del cual es difícil despegarse. Nadie te prohibe guardar algunas cositas, pero ojo con acumular demasiadas.
Seiton – Orden
A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar. Como dice esa canción infantil ¿Cuántas veces buscaste algo que necesitabas en el momento, y no lo encontraste porque no estaba acomodado donde debería ir?
Este punto se basa en ordenar los objetos en un lugar específico. Acomodar todo lo que uses con mayor frecuencia para que esté siempre a mano, en el mismo sitio. No solo facilita la vida diaria, también permite que no esté todo revuelto o en el medio del camino.
Seiso – Limpieza
Crear un hábito saludable puede resultar un proceso difícil al principio. Más si son tareas que hacemos por obligación y no por gusto, aunque a la larga sea beneficioso. La limpieza es uno de esos hábitos: en vez de hacer una gran limpieza una vez a la semana, lo ideal es hacer un poquito cada día o con la mayor frecuencia posible. Se acumula menos suciedad y se vuelve más fácil eliminarla.
Además, como ya aplicaste las primeras dos S, este paso se hace más llevadero: no hay tantos objetos dando vueltas en el medio del camino.
Seiketsu – Estandarización.
Añadir normas a la cotidianeidad. Todos los habitantes de la casa pueden aportar con las normas. En pleno siglo XIX, no puede ser que mantener el orden sea tarea de una sola persona. Esto va dirigido personalmente a aquellos que no permiten a los pequeños hacer tareas del hogar porque “son muy chiquitos” y “no los quieren molestar”. Por ejemplo, cada uno debe ocuparse de acomodar su propia cama. O lavar, secar y guardar los platos: son tareas diarias que todos deben realizar.
Shitsuke – disciplina
La constancia, seguir la rutina sin bajar los brazos, es el punto clave para que esta acción se convierta en hábito. Así, cuando llegues a tu dormitorio, en vez de tirar la ropa por cualquier lado (y empezar el ciclo de acumular otra vez porque te genera pereza acomodar), acomodala donde va.
Dar el primer paso ya es un avance super importante. Avanzá un poquito cada día, a tu propio ritmo, y vas a poder lograr tu objetivo. Por último, recalcar otra vez que la limpieza y el orden es tarea de todos los integrantes de un hogar. Aunque estés muy cansado, podés aportar a la causa con pequeñas acciones ¡Ánimo!