La psicología del color
Hablar de la psicología del color es hablar de emociones. Existe gran cantidad de estudios que nos explican cómo reaccionamos las personas ante determinados colores.
El color, es más que un fenómeno óptico, todos tienen un significado propio y crean un impacto específico en nuestro cerebro y a veces esos significados resultan contradictorios entre sí. Te invitamos a conocer cómo funcionan los colores en la mente, aplicados en las paredes de tu hogar.
Antes de empezar, aclaremos ciertos conceptos:
El primero, es clasificar los colores como cálidos o fríos, y el efecto que cada uno tiene en la mente de las personas.
Los colores cálidos son aquellos que están en la gama del amarillo, anaranjado y rojo, incluyendo al violeta rojizo. Se los asocia con el calor ya que con estas tonalidades podemos ver al fuego y al sol.
Por su parte, los colores fríos se encuentran entre el amarillo verdoso, verde, azul y violeta. Se los asocia con la frialdad debido a que los encontramos en el hielo, el agua, incluso la noche.
Con respecto a sus tonalidades, aquellas que son frías y claras (como el celeste o el verde menta), dan la sensación de ser más livianas. Por el contrario, las tonalidades cálidas y oscuras (como el color vino) se sienten pesadas a la vista.
Comencemos con los colores cálidos, el blanco y el gris.
Es alegría, vitalidad, creatividad; un color muy luminoso y positivo. Mantiene al cerebro despierto. Pero, por ese motivo, no se lo recomienda para los dormitorios: puede resultar exaltante. Va perfecto para la cocina, el comedor, la sala de juegos y el estudio.
Anaranjado
Es un color juvenil, divertido y brillante. Fomenta el optimismo y la conversación. Es ideal para el comedor, la cocina, la sala de juegos y el living. Queda como un agradable detalle en la entrada o los pasillos. Sin embargo, no se debe profundizar demasiado: una habitación con exceso de anaranjado es estresante. Es recomendable no utilizarlo en dormitorios y salas de estudio.
Rojo
El rojo representa un sentimiento de pasión. Puede ser algo positivo, como el amor, o algo negativo, como la violencia. A su vez se lo relaciona con el erotismo, también con el peligro. En sí, es un color que no debe usarse como color principal del hogar ni para los dormitorios, por esa sensación de intensidad que muestra. Los detalles rojos complementan bien hasta en una sala formal.
Blanco
Es un clásico. Se lo asocia con la paz, la limpieza y la inocencia. Ideal para cualquier espacio del hogar, incluso para salas de trabajo. puede combinarse con otros colores y es luminoso. Pero, la sobrecarga del blanco genera frialdad y vacío.
Gris
Si buscás generar un ambiente neutral, sofisticado, el gris es tu color. Aunque, al mismo tiempo, simboliza el aburrimiento, la tristeza y la vejez. Tiene una ventaja: es combinable con cualquier otro color. Al combinarlo con colores más alegres, queda muy bien en interiores del hogar. También funciona en oficinas.
Ahora, veamos los colores fríos y el negro.
Verde
Representa la naturaleza, la vida, la armonía y la esperanza. Por otro lado, representa la arrogancia y, a veces, el enojo. Tiene un efecto sedante en los dormitorios. Activa la concentración en espacios de trabajo o cocinas. Si es un tono brillante, resulta refrescante. Si es un tono claro o pastel, induce a la calma.
Azul
Evoca la tranquilidad, la seriedad y la confianza. Sin embargo, se lo relaciona con la depresión y el cansancio. Es el color más frío de todos, así que no es recomendable utilizar mucho azul en una habitación. Se descarta para dormitorios y comedores, pero va bien en sitios de estudio, salas de juego y de ejercicio.
Violeta
Está ligado a la espiritualidad y el misterio, pero también al prestigio. La sobreexposición de violeta puede causar un efecto angustiante en la mente, más si son tonos muy oscuros. Los tonos claros (como el lavanda) se asocia con la somnolencia. El violeta queda bien en dormitorios, salas de estar y comedores.
Negro
En nuestra cultura lo relacionamos con el luto, por lo tanto carga con pensamientos negativos, el dolor y la oscuridad. Al mismo tiempo es un color muy formal y se elige muchas veces en el mundo del diseño. Es recomendable utilizar este color con moderación, combinado con otros.
Ahora ya conocés los principales colores para pintar tus paredes. Recordá que, variando la tonalidad y la intensidad, podés lograr otras sensaciones. Si querés calidad y atención personalizada, te recomendamos buscar tu color favorito en Pinturerías San Andrés.