Convivir con tu pareja
Comprometerse, dar el paso, la emoción de pensar las nuevas aventuras que les esperan juntos. De por sí, aceptar vivir en pareja es una decisión difícil. Lograr una correcta convivencia es otro tema que debe trabajarse. No todo es color de rosa, y puede que hasta el más pequeño y absurdo desacuerdo genere una discusión sin sentido. Estar consciente de esto es importante para afrontar los problemas con más lógica y respeto: buscar la solución y no la queja continua.
Por otro lado, la rutina no es mala de por sí. Pero la monotonía, el agotamiento, la diferencia de horarios de trabajo sí puede ser un detonante que arruine la bonita experiencia de convivir con tu pareja.
Veamos algunos consejos que recomiendan los profesionales .
Aprovechar el tiempo juntos.
Cuando se puede, está buenísimo compartir por lo menos un almuerzo o cena juntos. Es un momento de pareja, en el cual pueden aprovechar y ver un capítulo de una serie, o darse el gusto de pedir a domicilio esa comida que tanto les gusta.
Otra buena idea es planear salidas el día que tengan libre. Ya sea ir a visitar a la familia, invitar amigos, salir a pasear, o dedicar tiempo de calidad solo para ustedes. Para desconectar de la rutina y disfrutar.
Con respecto a este punto es importante mencionar su contraparte: aprovechar el tiempo a solas cada uno. Es necesaria la intimidad, tener un espacio donde estés solo con tus pensamientos. Allí es donde podés aprovechar y realizar un hobby que te guste. Y, obviamente, respetar que tu pareja también tenga su momento de privacidad en el día a día. Sacrificar las cosas que te gustan solo por estar con él/ella no es sano.
Dividir las tareas del hogar.
Del dicho al hecho hay un largo trecho. Por muchas planillas que se elaboren, llevar la organización a la práctica es otra cosa. Ahí es donde entra la responsabilidad y la constancia. Puede que el cansancio no te permita realizar tu tarea hoy pero también tenés que tener en cuenta el nivel de cansancio de tu pareja. Y avisar, en caso de que sea algo importante.
Es posible dividir las tareas domésticas por día o por semana, se puede arreglar según los horarios de trabajo, o según lo que se le da mejor a cada uno. Quizás tu pareja tiene más maña con la cocina mientras que vos en 15 minutos ya limpiaste y ordenaste una habitación.
Organizar las finanzas.
Si bien esto se planea desde el momento cero, puede que en épocas como fin de año o vacaciones se desvirtúe el tema monetario. Por esto es esencial llevar una planilla donde se anoten los gastos e ingresos mensuales, para llevar un control y gestionar mejor el dinero.
¿Según qué criterio se dividen los gastos? Depende de cada pareja. No siempre el sueldo va a ser similar entre ambos, por lo tanto hacer un 50% y 50% resulta algo fantasioso. Ante la desigualdad hay que ser equitativo: ambos aportan lo que puedan según sus ganancias.
Aceptar las diferencias.
Cada familia cría a sus hijos de manera distinta, y lo que a uno puede resultar normal, no lo es para la otra persona. Esto no significa que sus valores sean peores o mejores, solo no concuerdan. Hay que aprender a respetar esas costumbres familiares y crear nuevas, únicas de tu propio vínculo. Ser tolerante con el otro, al mismo tiempo que el otro debe comprenderte. Aprender cuándo y cuánto ceder.
¿Realmente vale la pena discutir?
A veces, descuidos tan comunes como dejar la ropa tirada en una silla o algo de desorden en la mesa es el detonante para una discusión. Quizás llegaste agotado a tu casa y todavía están los platos de la noche anterior. Es totalmente entendible que te moleste, pero es importante hablarlo en frío y no confrontarse por algo que no es grave. Hablando una, dos, tres veces, la otra persona va a recordar y no repetir el mismo error.
En resumen, la comunicación es la clave. Con respeto y sin ocultar nada. Así como está bueno hacer notar las virtudes de alguien, es significativo decirle al otro esas actitudes que nos hieren o molestan. Frenar a tiempo para que el problema deje de crecer y evitar que explote. Reitero, todo en un marco de respeto mutuo.