El orden y el desorden de nuestra casa, sin dudas influyen en nuestro estado de ánimo. Nada más placentero que levantarse o llegar a casa después de trabajar y que esté todo limpio y ordenado. Si llegamos cansados y nos encontramos con el caos: la bacha llena de platos sucios para lavar, la ropa tirada por todos lados y la cama deshecha. ¿Por dónde empezamos?
Podés proponerte un día a la semana para dedicarte a hacer la limpieza de la casa (no necesariamente te tiene que ocupar todo el día), y luego mantener el orden diariamente. Si todos los días ordenás un poco, la tarea va resultar más llevadera.
Es más probable que encuentres las cosas con facilidad si mantenés el orden y si cada cosa tiene un sitio asignado: las llaves en el llavero, los libros en la biblioteca, los lápices en el porta lapicero. Parecen cosas obvias pero que ayudan mucho. Todos tenemos un mueble que termina por convertirse en el “acumulador de cosas”: un escritorio, una mesita de luz o una mesa ratona del living o de la entrada que usamos para apoyar todo lo que sacamos de nuestros bolsos o bolsillos. ¡Ya es hora de erradicar esa costumbre!
Un consejo: poner música para encarar el orden de la casa hará que te sientas más motivado y que el tiempo se pase más rápido.
Ordenar por ambientes:
Cocina
¿No sabés dónde guardar las ollas y sartenes que ocupan tanto lugar? Colocar barrales de acero inoxidable para colgarlas y además colgar otros utensilios de cocina como cucharones, espátulas etc, quedan muy bien y te ahorran mucho espacio.
En cuanto a los víveres, sacá todo lo que tengas en la despensa, limpiá la alacena y volvé a colocar lo que sacaste pero esta vez clasificando los productos. Para este último punto podés usar frascos con etiquetas y valerte de banditas elásticas o broches de plástico para cerrar bien todo aquello que ya está abierto. Separá por un lado las latas y por otro, paquetes colocando primero lo que venza en primer lugar.
Hacé lo mismo con la vajilla: acomodá los platos por tipos (ondos o playos) y tamaño, las tasas por un lado y los vasos por el otro dejando a mano los que usás más seguido.Los tuppers siempre ocupan lugar, por eso, podés guardar todas las tapas juntas en un solo sitio y los cuerpos de tuppers unos adentros de otros para ahorrar espacio.
Sería ideal que los artículos de limpieza estén separados de los comestibles. Para eso, destiná otro mueble, aunque sea pequeño, para almacenarlos y que de esta forma todo quede separado. Aprovechá los cajones que tengas (cuanto más divisiones contengan mejor) para ocupar uno para cada cosa: uno para servilletas y trapos de limpieza, otro para cubiertos, otros para guardar los frasquitos de las especias, etc.
Living
Un perchero de pie o de pared para colgar los abrigos y que no terminen en el sillón es súper prolijo. Si tenés mesita ratona, evitá que sea un caos. Es bueno que esté despejada para poder servir té o café en caso de que lleguen visitas. A lo sumo, el detalle de un florero o adorno pequeño va muy bien.
Dormitorio
Primero, la cama. Una cama bien ordenada cambia la perspectiva. Hacer la cama es lo primero que debemos hacer al levantarnos.
Luego, lo que más produce desorden en un dormitorio es la ropa. Aquí, los aliados son las perchas y cajones. Designá un cajón para medias, otro para ropa interior y otro para ropa de entre casa. Si tenés todo clasificado, es más fácil encontrar lo que buscás.
Si contás con un armario grande con muchos compartimentos para guardar la totalidad de tu ropa genial, pero si ese no es el caso, te conviene únicamente armar el placard por temporada. Es decir, dejar en el placard la ropa de la estación en la que estás. Si es invierno dejás solo la ropa de abrigo y guardás la ropa de verano en cajas o bolsas bien señalizadas y si es verano, lo mismo.
Los zapatos y bolsos o carteras son otros objetos que quitan mucho espacio. Para los primeros podés conseguir un mueble para zapatos y para los bolsos y carteras podés hacer una mamushka poniendo las carteras o bolsos más pequeños dentro de los más grandes.
Si hablamos de dormitorios de niños pequeños, lo que más solemos encontrar tirado por doquier son los juguetes. Para ordenarlos podés usar cajas plásticas transparentes y te quedará todo más organizado y visible.
Baño
Un organizador o un mueble destinado específicamente para guardar los productos de cuidado personal hará que tu cuarto de baño se vea mucho más presentable. Las toallas enrolladas y guardadas en un mueble exclusivo para éstas hará que quede súper prolijo.
Por último, un consejo que se aplica a todos los ambientes: no acumular cosas por acumular. Menos es más. A veces aplicar algo de minimalismo a nuestras vidas nos ayuda a ordenarnos. Reciclá, doná o vendé todo aquellos que sólo ocupa espacio pero que no ocupa un lugar en tu vida.