La fotografía para inmuebles está infravalorada a causa del desconocimiento sobre la misma. No tiene nada de malo, nadie nace sabiendo cómo sacar buenas fotos. Seguí leyendo para conocer algunos consejitos que pueden ayudarte a la hora de tomar fotos a tu inmueble.
Lo principal, es entender porqué es totalmente necesario. Las fotos son el reflejo de tu inmueble. A la hora de buscar propiedades, el comprador solo tiene esas fotos para guiarse en su búsqueda. Si esas imágenes no son llamativas, es muy probable que descarte ese inmueble.
Sacar buenas fotografías no es solo encender la luz y colocarse en una esquina de la habitación. Pero tampoco es necesario que utilices una super cámara, con tu celular o una cámara digital común y corriente, es suficiente. Está al alcance de cualquiera, aunque si querés ser más profesional, siempre podés buscar cursos sobre fotografía.
Pasemos a algunos consejos básicos, para que puedas sacar el mayor provecho utilizando sólo la cámara de tu teléfono.
Iluminar es esencial. Aprovechar al máximo la luz natural (la que nos ofrece el Sol) permite que las fotos se vean mejor. Pero esto no es todo: aparte de subir las persianas y correr las cortinas, es mejor si prendés la luz ¡Cuidado con el flash! Intentá no utilizarlo ya que las fotos se verán poco naturales.
Otro aspecto es el balance de blancos: permite adaptar la temperatura del color para que las imágenes den una sensación más cálida o más fría -aunque es recomendable que configures para obtener una luz cálida, más anaranjada, transmite una sensación hogareña y amigable.
No siempre es necesario que te posiciones en una esquina, o que abarques todo lo posible de la habitación en una sola foto. Sacar foto de un plano más cerrado te da la posibilidad de enfocarte en detalles que quieras destacar. También podés sacar dos en vez de una sola foto a “X” habitación, para que se vea desde distintos ángulos. En vez de sacar una gran foto general, donde todo se vea pequeño o cortado, dos fotos que muestren mejor algunas cosas.
El orden. Mover los muebles, acomodar las sillas, no dejar objetos personales en el camino (como cuadros, juguetes o cualquier objeto que no vaya a estar allí cuando se venda la casa), en fin, todo lo que dé la sensación de que el inmueble está como nuevo. Si actualmente habitás la propiedad en venta, organizá un día de sesión de fotos para mover todas las cosas, y luego dejarlas donde estaban.
Así como se mueven los objetos, ¿por qué no acomodar otros? Por ejemplo, almohadas encima de algún sillón, algo de decoración en la mesa, toallas y elementos de baño, una vasija con flores encima de un mueble, un cuadro artístico; cualquier idea que sirva para armonizar y dar una idea al comprador de cómo se vería la decoración en el lugar.
Al fotografiar, posicionarse en un punto estratégico permite que destaques lo mejor del inmueble. Por ejemplo, ubicar la cámara a la altura de tus ojos. A veces (no siempre), colocarse muy por encima o tomar la foto estando casi agachado, hace que las fotos se vean anti-naturales. Para esto, podés probar a sacar varias fotografías en distintas posiciones y ángulos, hasta que encuentres una que se vea más atractiva.
Seguramente te suene el concepto “líneas de fuga”. Se utiliza en las composiciones artísticas para guiar la mirada del espectador hacia un punto en la imagen. Otorga profundidad y tridimensionalidad. Para lograrlo, necesitás observar las líneas que aparecen en la fotografía, por ejemplo, el marco de la ventana, la puerta, los bordes de los muebles, étc. Es fácil notar cuándo están torcidas, y arreglarlo. Lo ideal sería trabajar con un trípode, para poder acomodar la cámara o teléfono y que nada se vea torcido. Pero si no tenés uno, podés intentar recrearlo a base de apoyar el dispositivo encima de una mesa, por ejemplo.
Esto es solo la punta del iceberg, ya que la fotografía abarca muchísimas más técnicas y es una habilidad que se mejora solo con la práctica.
¡Animate a intentar! Las buenas fotografías llaman la atención.